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Sentimientos


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Descontando cuentos. La ratita presumida

  E rase que se era, pero al final no fue.    Una eterna pregunta se la hace un día y al otro también. ¿Por qué elegiría al gato y no al ratón?   Aquél maldito día la sedujo con su ronroneo prometiéndola noches de loca pasión. Ella-pobre incauta- encendida en ardiente deseo decidió liarse el lazo rojo a la cabeza y dar el sí quiero, para luego arrepentirse después.   Ella que presumía de belleza, ahora se bebe las calles vendiendo su cuerpo por cuatro monedas que derrocha aquel gato traidor.   Desde entonces, cada noche, tras maldecir su mala hora, inyecta a su pequeño cuerpo grandes dosis de alcohol para olvidar un momento esa mierda que impregna su vida y amortigüe la pena que la destroza en pedazos sin compasión. En la farola de la esquina, su dignidad se cambia de acera cada vez que la ve, ella herida en su orgullo se maldice a ratos, y luego vuelve a beber.  ¿Para qué quería...

Todo sobre Hansel y Gretel

Añadir leyenda   Cuando los celos obsesivos y enfermizos gobiernan sobre un amor devoto y ciego, no hay orden que equilibre al caos que se avecina. Y es aún peor cuando esos celos clavan sus garr as sobre dos almas puras e inocentes.       Pasó lo que nunca debió de pasar. Que aquella madrastra, cuyas entrañas no gozaban del fuego de la maternidad decidió cargarse de argumentos para deshacerse de esos niños que ella nunca parió. No soportaba sus risas, sus llantos, ni sus juegos y mucho menos que le disputaran el amor de su marido, un leñador apocado y sin carácter.      El machaconeo incesante sobre la falta de recursos para alimentarlos decidió resolverlo con la idea delirante del abandono. Y aunque la sangre le llamaba a proteger a su sangre, aquella mujer que no era suya, más bien él le pertenecía a ella en cuerpo y alma, ya había dictado sentencia e impuesto la pena sin juicio, ni defensa.       Decidi...

El amor ni se compra, ni se vende