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El sueño de la Bella Durmiente.


 Le pusieron Aurora porque nació un bello amanecer de primavera. Y aquella niña sonriente y revoltosa por arte del natural transcurrir del tiempo se convirtió en una hermosa adolescente, y como a todo adolescente le llega la edad del pavo, a ella sin embargo, le llegó la de la marmota, porque los pavos no duermen tanto como lo hacía Aurora.
 Es falso que Maléfica fuera una mala bruja. No, no lo era, solo era una curandera aficionada a las “malas yerbas” y muy torpe. Y como la ignorancia se viste de atrevimiento, Maléfica se ofreció a curar la astenia permanente de la princesa. Pero cuando la mente está en otro universo que no es la tierra, no hay razonamiento que gobierne el orden de las cosas. Tomando por error una planta de valeriana y dos gotas de esencia de mosca del sueño, hizo una infusión para la princesa.
 No fueron cien años los que durmió la princesa, porque no hay sueño que cien años dure, ni aburrimiento que lo provoque. Solo tres meses de sueño profundo y reparador.
 Como nada dura eternamente, tres parientes "metomentodo" como Dios manda, decidieron atajar el problema en forma de príncipe de cuento.
 Y llegó el príncipe, más acuciado por las deudas que por el afán de salvar princesas en apuros. Aunque más que en apuros, parecía feliz allí sobre su cama con una sonrisa dibujada en su cara. Tras el codazo impertinente de una de las tías, el joven haciendo ascos ante la disyuntiva: la beso o no la beso, cerrando los ojos como si de un sapo se tratara, la besó. La princesa se despertó con gesto enfadado. ¡Quién osa perturbar mis sueños!  Tras examinar a los presentes reparó en un joven de buen talle, vestido ricamente con terciopelos y excesivos encajes, bostezó y lanzó una pregunta ¿y para esto me habéis despertado? Saludó educadamente a todos y, acomodando de nuevo su almohada, se volvió a dormir otros tres meses más. 
 Entre sueños una frase susurraba para la posteridad: para encajes los de mi cama que me dan tranquilidad.

Imagen: Cuadro de "La Bella Durmiente" de Henry Meynell Rheam.

Texto registrado en Safe Creative Código de registro: 1507104605050



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