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El patio virtual


EGO-YO


Hoy pasé de nuevo por el patio virtual,
para ver como andaban los vecinos
de este enredado mundo al que vivimos enganchados.
Volví a verlos,
a esos,
a los "ego-yo",
ahí estaban de nuevo con sus flashes de felicidad impostada.


   Ni los egipcios tienen un muro tan repleto de iconos.

Minuto a minuto vomitan
 todo cuanto acontece en su día a día.
Como si a los demás nos importara una mierda
qué hacen
 a cada segundo de sus grises vidas.
Cambian de perfil, marcando la postura adecuada,
siempre con los ojos entornados
 y besando al aire
 en plan diva del "Star System".
A veces, puedo verlos al otro lado,
mordiéndose las uñas
en estado de espera
de cuántos admiradores pulsaran su ego
para hinchar más su vanidad.
Se atreven a dar consejos sobre nuestra querida celulitis,
con el trabajo que nos cuesta seducirla para que se quede.
O te hacen un book pormenorizado
de su menú diario
para que veas lo sano
 y lo que disfruta,
aunque luego le rebosen las lorzas por todos lados.
Y si no te habías enterado 
de lo mucho que ama
a su eventual pareja,
te taladra tu moral
con frases ñoñas 
y almibaradas hasta el empacho.
Y cuando ya crees que se ha acabado
 la agenda virtual del ego-yo,
aparece de nuevo
 con aura de misterio calculado
tras unas gafas oscuras
perdonándote la vida
 y deseando que tengas una feliz noche...
porque la suya es lo más.

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Licencia: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0

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