Dime que no eres un sueño,
que tus ojos son dos mares
de aguas tranquilas
y que puedo bañarme en ellos.
Dime que la piel que acaricio
no son simples sábanas,
que puedo tocarte,
que son ciertos tus besos.
Dime que no imaginé
cuando dibujabas con tus dedos
corazones imaginarios en mi espalda,
ni tu pasión
quemándome a fuego lento.
Dime que no eres ensueño
que se desvanece al primer rayo de sol,
que eres carne y eres deseo.
Dime que no eres un sueño,
dímelo, dime que todo eso es cierto.
©Todos los derechos registrados. Código de registro: 1611269922553
Imagen: Pixabay
Y una voz apagada contestó... no soy un sueño.
ResponderEliminarPrecioso poema Isabel, me ha encantado. Has tardado mucho en publicar otra vez en el blog, celebro tu vuelta. Un saludo.
Gracias Marco Atilio, si he tardado porque llevo un tiempo entre revisiones médicas de mi padre y que a mí que me ha tocado visitar al dentista varias veces que no tenía tampoco mucho tiempo ni tampoco ganas. Ahora que de momento todo está bien, respiro hondo y a recobrar energía para seguir escribiendo. Aunque ahora con las navidades lo veo algo complicado con tantos compromisos familiares y demás, pero buscaré un hueco.
Eliminar