Por qué vuelves ahora, si derrumbaste mis sueños. Qué te trae de regreso si decidiste marcharte una noche en silencio. Encendiste una llama, una ilusión, para luego apagarla, sin remordimientos, sin pedir perdón. La tristeza se acomodó en mi casa, la lluvia en el salón, y pasaba un día tras otro, sombríos y sin color. Jamás he sentido tanto dolor, deseando no abrir los ojos, pero la mañana infame se sucedía día tras día y sin compasión. El dolor se fue apaciguando y el sol entró en mi balcón, las heridas fueron sanando y de alguna manera volví a ser yo. Ahora de nuevo regresas, sin remordimientos y sin previo aviso. No esperes de nuevo avivar la llama; no me busques ten compasión. De aquel fuego no queda nada; el rescoldo el viento se lo llevó. Y si de jugar tienes ganas búscate otro perro que te ladre; yo te digo...adiós .